Estrategia en foco

Las habilidades técnicas son importantes, pero ¿son suficientes para garantizar el crecimiento y la innovación del negocio?

Imagine dos profesionales con el mismo nivel de conocimientos técnicos. Ambos son competentes en las herramientas más avanzadas, siguen las tendencias de la industria y tienen currículums impecables. Pero mientras uno puede liderar equipos, resolver problemas complejos y adaptarse rápidamente a los cambios, al otro le resulta difícil colaborar, innovar y enfrentar desafíos inesperados. ¿Qué los hace diferentes?

El mundo corporativo está cambiando constantemente. Las empresas redefinen sus relaciones con sus empleados, reinventan los métodos de entrega y asumen un papel cada vez más estratégico en la sociedad. La tecnología, parte fundamental de esta ecuación, no sólo impacta en los procesos de negocio, sino también en las habilidades requeridas de las personas.

¿Es suficiente simplemente dominar nuevas habilidades? En un escenario de cambios rápidos e impredecibles, la La forma en que pensamos, nos adaptamos y nos relacionamos puede ser tan decisiva como el conocimiento técnico.

Es en este contexto que la inteligencias conductuales ganar prominencia. Más que un conjunto de habilidades aisladas, representan una dirección colectiva, alinear actitudes y comportamientos que impulsen el crecimiento sostenible y fortalezcan la cultura organizacional.

En el grupo SoftplanLa inteligencia conductual es parte de la estrategia empresarial. Definimos los comportamientos que queremos fomentar en los empleados, conectándolos con los planes presentes y futuros de la empresa. El resultado es una cultura que valora el desarrollo humano como motor de la innovación y la evolución continua.

¿Qué son las inteligencias conductuales?

Las inteligencias conductuales son las capacidades que Orientar actitudes, decisiones e interacciones en las relaciones en el lugar de trabajo. Influyen en cómo un empleado reacciona a los desafíos, cómo aprende, escucha, colabora con el equipo y conduce su rutina profesional.

Se diferencian de las habilidades técnicas, ya que comprenden las actitudes, valores y forma de comportarse, individual y colectivamente.

Diferencias entre habilidades/competencias e inteligencias conductuales

Mientras que las habilidades técnicas se refieren al conocimiento aplicado en un área determinada, Las inteligencias conductuales implican la capacidad de adaptarse, aprender continuamente e interactuar con diferentes contextos y desafíos.

Estudios sobre el futuro del trabajo, como el Informe sobre el futuro del empleo 2025 Los datos del Foro Económico Mundial indican que las habilidades conductuales, como el pensamiento crítico, la colaboración y la flexibilidad, serán cada vez más esenciales para lidiar con los rápidos cambios del mercado.

En otras palabras, una persona puede tener un conocimiento profundo sobre un tema (habilidad técnica), pero su inteligencia conductual se manifiesta en la forma en que aplica este conocimiento, como resolver problemas, comunicarse y trabajar en equipo.

Las inteligencias conductuales, por tanto, son más profundo e intrínseco, mientras que las habilidades y competencias se refieren más a ejecución y combinación de conocimientos.

Inteligencia conductual vs. inteligencia emocional

Entre las diversas capacidades que influyen en las actitudes y comportamientos en el lugar de trabajo, la inteligencia emocional es una de las más conocidas. Sin embargo, es parte de un campo aún más amplio: la inteligencia conductual. Pero ¿cuál es la diferencia entre ellos?

A La inteligencia emocional es una de las muchas habilidades humanas esenciales para afrontar los desafíos e interacciones cotidianas. 

El creciente debate sobre el bienestar y la salud mental refleja una necesidad real: rara vez aprendemos a desarrollar esta inteligencia en la escuela, en el trabajo o incluso en casa.

En la vida adulta, sin embargo, se hace imprescindible saber gestionar las emociones, vivir con diferentes perspectivas y afrontar situaciones complejas, también en el entorno profesional. 

Esta capacidad de comprender y regular las propias emociones —y de relacionarse empáticamente con los demás— es lo que define la inteligencia emocional.

¿Cómo puede una empresa desarrollar la inteligencia conductual de sus empleados? 

Aunque no son tan tangibles como las habilidades técnicas, las inteligencias conductuales se pueden desarrollar. Para ello es necesario crear un proceso, con contextos, rituales, reconocimientos y rutas de aprendizaje. 

Algunos pasos son importantes en este viaje:

Tener un propósito claro

Desarrollar la inteligencia conductual requiere intencionalidad. Es necesaria planificación, coherencia entre el discurso y la práctica, estímulos consistentes y un ambiente que favorezca el aprendizaje y el desarrollo. 

Para que la adopción de inteligencia conductual genere un impacto real, es fundamental que las empresas la integren de forma estratégica y con un propósito claro. 

Definir qué inteligencias conductuales se desarrollarán

Para que la inteligencia conductual sea realmente un diferenciador estratégico, las empresas necesitan identificar cuáles tienen sentido para el contexto comercial. 

Después de todo, ¿qué habilidades son esenciales para que los empleados impulsen los resultados de la organización? Y antes de eso, ¿cuáles son los resultados esperados?

Esta definición debe considerar tanto las necesidades actuales como los retos futuros de la empresa. 

Para lograrlo se pueden utilizar herramientas como entrevistas estructuradas, ciclos de retroalimentación, planes de desarrollo individual, evaluaciones de desempeño y autoevaluaciones.

Además, Es fundamental que los comportamientos esperados se comuniquen desde el proceso de selección, asegurando la alineación entre la cultura organizacional y los talentos..

Declarar las inteligencias conductuales 

Es la gente la que Entregar valor a través de la capacidad de producción. Por lo tanto, al declarar qué inteligencias necesitan ser fortalecidas, la empresa está señalando hacia dónde quiere dirigir este potencial colectivo. 

Entonces, cuando hablamos de desarrollo de inteligencias conductuales, La organización declara qué dirección se debe seguir de acuerdo con la cultura y los objetivos corporativos. 

Este movimiento permite alinear el desarrollo individual con los objetivos del negocio. Haciendo explícitas las inteligencias deseadasLa empresa crea claridad, dirige programas de desarrollo y fomenta la participación de las personas. 

Esto impacta directamente en el rendimiento, la productividad y la retención, ya que las personas se conectan, sienten que pertenecen y perciben valor en el viaje que están experimentando dentro de la organización.

Apuesta por la tecnología 

La tecnología ha permitido Personalizar y escalar el desarrollo. Las plataformas de aprendizaje, la inteligencia artificial y los datos permiten identificar brechas, recomendar contenidos y monitorear trayectorias.

Sin embargo, es fundamental garantizar que esta personalización no limite las posibilidades de aprendizaje a lo que ya ha sido demostrado como interés por parte del empleado. 

El reto está en crear experiencias que amplíen horizontes y estimulen la adquisición de nuevas habilidades, yendo más allá de recomendaciones predecibles.

Midiendo los resultados 

Herramientas como evaluaciones de desempeño, programas de reconocimiento formal e informal, planes de desarrollo individual y capacitación son esenciales para Generar consistencia y medir avances en el desarrollo de la inteligencia conductual.

Más que medir el progreso, es fundamental analizar cómo estas habilidades impactan en la cultura de la empresa, la colaboración entre equipos y los resultados del negocio. Después de todo, el desarrollo de la inteligencia conductual debe ser un proceso continuo, alineado con los desafíos y los objetivos estratégicos de la organización.

¿Cuáles son los principales desafíos en el desarrollo de la inteligencia conductual?

El desarrollo de la inteligencia conductual choca con factores culturales, estratégicos y estructurales. Sin claridad, coherencia y contexto, las empresas y los empleados tienden a repetir patrones que limitan el progreso colectivo.

Resistencia al cambio (por parte de empresas y empleados)

La resistencia al cambio es uno de los principales desafíos en el desarrollo de la inteligencia conductual. Los empleados a menudo interpretan ciertos comportamientos como rasgos de personalidad fijos, lo que dificulta la adaptación. Esto puede reflejar barreras emocionales y culturales que pueden impedir el crecimiento profesional.

Cuando las empresas imponen nuevos comportamientos sin brindar el contexto o el apoyo adecuados, el cambio se vuelve aún más difícil. Así que este no es el camino ideal.

Para superar esta resistencia, es esencial Promover un entorno que fomente el aprendizaje continuo, ofreciendo claridad sobre la importancia de la inteligencia conductual para el desarrollo individual y organizacional.

Falta de planificación y de decisiones estratégicas

Desarrollar la inteligencia conductual requiere una visión clara del futuro. Para ello, las empresas necesitan definir hacia dónde quieren llegar y qué habilidades serán esenciales en este camino. Sin una planificación estructurada, el desarrollo puede dispersarse y desalinearse con los objetivos organizacionales.

Falta de coherencia en los objetivos

Es común que las empresas declaren valores colectivos, pero mantengan mecanismos de incentivos individuales. Esto crea incoherencia y desconexión. 

Por lo tanto, el mejor camino es apostar por herramientas que ofrezcan insights individuales, pero también Orientar a los empleados y líderes sobre qué tan alineados están con la inteligencia conductual y los objetivos de la empresa. 

Habilidades conductuales e inteligencia del futuro

Según el informe más reciente de la Foro Económico Mundial (Informe sobre el futuro del empleo 2023)Algunas habilidades cobran cada vez mayor relevancia en las estrategias de las empresas, aunque todavía no sean tan habituales en el día a día de los equipos. 

Esto demuestra que las organizaciones están preocupadas por prepararse para las transformaciones que ya están en marcha en el mundo del trabajo.

Entre estas habilidades en ascenso se encuentran los conocimientos en inteligencia artificial y big data que, aunque aún no están ampliamente dominadas, están recibiendo una inversión significativa en programas de capacitación. 

Cuando forman parte de las estrategias, estas habilidades tienden a ocupar un lugar central, lo que indica que las empresas reconocen su papel crucial en el futuro cercano.

Otra habilidad que está ganando terreno es liderazgo con influencia social. 

Esta capacidad de Involucrar, inspirar y movilizar a las personas Se valora cada vez más, sobre todo en un escenario que exige más colaboración y protagonismo colectivo. Para muchas empresas, desarrollar líderes con estas características es tan importante como invertir en habilidades técnicas.

Además, las organizaciones han estado prestando más atención a áreas como: 

  • Diseño y Experiencia de Usuario (UX);
  • Sostenibilidad y responsabilidad ambiental; 
  • Marketing y comunicación digital;
  • Y seguridad de la información. 

Todas estas áreas están, de alguna manera, incluidas en los planes de desarrollo, aunque todavía no formen parte de la realidad diaria de muchos equipos.

Estas tendencias indican que el futuro del trabajo exige una Combinación equilibrada de capacidad técnica, pensamiento analítico e inteligencia relacional. 

Formar personas que sepan aprender continuamente, interpretar datos, utilizar la tecnología a favor de la innovación y relacionarse con empatía será esencial para cualquier organización que quiera prosperar en los próximos años.

Inteligencia conductual en el grupo Softplan

En el sector tecnológico, donde los cambios son constantes, la inteligencia conductual es un diferenciador competitivo. 

El grupo Softplan definir claramente a dónde quieres llegar y qué comportamientos son necesarios para lograrlo. Hace cinco años, La compañía declaró una estrategia de crecimiento inorgánico y alineó su inteligencia hacia ese futuro.

Uno de los principales ejemplos de esta actuación es el caso de Héroes de Projuris, una plataforma creada con foco en el cliente y protagonismo, que permite el intercambio de conocimiento entre los usuarios de la solución.

El proyecto nació y se desarrolló con base en la inteligencia del “enfoque al cliente” y fue reconocido en Conecta, el evento interno del Grupo. Softplan que valora iniciativas alineadas con cultura.

Otro ejemplo es una de las inteligencias más promovidas en la empresa: la mentalidad de crecimiento

Este concepto, desarrollado por la psicóloga Carol Dweck, se refiere a la creencia de que Las habilidades y competencias se pueden desarrollar a través del aprendizaje y la práctica continuos.

En el entorno empresarial, esta inteligencia es esencial, ya que fomenta la experimentación, la resiliencia frente a los desafíos y la búsqueda constante de innovación. Las empresas que cultivan esta mentalidad crean una cultura que valora la evolución, impulsando tanto el crecimiento individual como el de la organización en su conjunto.

En el grupo SoftplanEste principio se refleja en el compromiso con el desarrollo de las personas. 

El aprendizaje se considera un viaje colectivo y la empresa invierte en iniciativas que fortalecen esta mentalidad, como Transforma Educação, el centro de aprendizaje del Grupo. Softplan, que ya ha impactado a más de 2.300 empleados con más de 80 cursos. 

En 2025, este compromiso gana aún más estructura con el primer ciclo de evaluación del desempeño basado en inteligencia conductual, consolidando la conexión entre aprendizaje, crecimiento y desarrollo profesional.

En el grupo SoftplanCreemos que el futuro se construye con conocimiento, colaboración y adaptación. Desarrollar la inteligencia conductual no es sólo un diferenciador: es la clave para transformar los desafíos en oportunidades y guiar a las personas, los equipos y las empresas hacia un futuro mejor.

Danielle dos Santos Engrazia

Danielle dos Santos Engrazia

Licenciado en administración por la Universidad Estadual de Rio Grande do Sul y posgraduado en Gestión de Personas y Modelos Educativos que Transforman por la PUC-RS. Danielle tiene 10 años de experiencia en el área de Gestión de Personas, especializándose en desarrollo humano en el contexto corporativo, con experiencia en desarrollo de liderazgo y programas de educación corporativa, así como experiencia en métodos de diseño aplicados a iniciativas de cultura y estructura organizacional.

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